30/04/2009
Transportistas, empresarios y sindicatos dicen que Aragón ha sido "maltratado" en la cumbre de Madrid.
Con mayor o menor contundencia, pero el poso que ha dejado la cumbre hispano-francesa en los agentes sociales de la comunidad aragonesa ha sido el mismo: desilusión e indignación. Los empresarios, los transportistas y los sindicatos consideran que los resultados para Aragón han sido "insuficientes" y la comunidad ha sido "maltratada".
Tras la cumbre, Francia y España mantienen el bloqueo al Canfranc y a la Travesía Central mientras apuestan por acelerar el AVE a Cataluña.
Respecto al primer proyecto solo se comprometieron a la elaboración de más estudios, lo que alargará todo dos años más. La Travesía Central, en cambio, retrocedió un año y volvió a acordarse lo mismo que en 2008: la creación de una agrupación europea "con la mayor brevedad posible". Los pasos aragoneses existentes, que se quedan incomunicados con frecuencia en invierno en la parte francesa, solo lograron "un compromiso de ambos países de mejorar las condiciones de circulación y seguridad".
Estos resultados indignaron especialmente a los transportistas. El presidente de la patronal Tradime, Jesús Arbiol, fue el que se expresó con mayor dureza. "Es desilusionante. No entiendo esta sinrazón y menos en estos momentos de crisis", denunció Arbiol. "Si el tren funcionara bien, se utilizaría más", recalcó. También se refirió a los pasos carreteros y lo hizo con datos.
Según sus cálculos, todos los días unos 200 camiones deben dar un rodeo de entre 200 y 300 kilómetros para salir de Aragón, lo que supone un gasto -solo en combustible- de unos 20.000 euros al día. "Los aragoneses no pintamos nada", criticó Arbiol, que opinó que la DGA no ha ejercido suficiente presión.
"Un aplazamiento definitivo"
Los empresarios también fueron contundentes. El presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Aurelio López de Hita, dijo que Aragón ha sido "ignorado y maltratatado".
Destacó que el acuerdo sobre estos dos proyectos suena "a aplazamiento definitivo". López de Hita insistió en que son "necesarios" para abaratar costes, para tener un horizonte más despejado para los intercambios con Europa y para conseguir una salida rápida, y recordó que "uno de los pilares de la economía aragonesa, la logística, no se logrará sin una salida rápida por el Pirineo central". "Descansar los pasos en las comunidades de los extremos del Pirineo es un riesgo político", avisó.
El presidente de la CREA, Jesús Morte, lamentó que no se hayan abordado "temas trascendentales para Aragón". "No sé cuando va a llegar el momento de que el Gobierno español y francés vean la localización estratégica de la comunidad", dijo. Morte indicó que le parece bien el impulso de los pasos por Cataluña y el País Vasco pero pidió que "no se relegue la situación de Aragón y la necesidad real y vital de comunicarnos con Europa".
Los sindicatos se mostraron más diplomáticos. Julián Lóriz, de UGT, calificó los resultados de "insuficientes", aunque valoró positivamente que se siga hablando del Canfranc y la Travesía Central. Lóriz insistió en que "hay que mantener la confianza más allá de las cumbres y hay que reforzar la presión hacia el Gobierno francés". Precisamente, culpó al Ejecutivo galo de bloquear los proyectos: "Debe entender que no es solo un problema de España o Aragón, sino que refuerza Europa".
Rafael Casas, de CC. OO., también apostó por "seguir peleando por la permeabilidad del Pirineo" porque reiteró que la línea del Canfranc es "estratégica" y los datos así lo avalan. Exigió que se dejen de hacer estudios, "hace falta intervenir y comprometerse". En este sentido, pidió mayor implicación al Gobierno español porque "si no, el Ejecutivo francés no lo hará".
Con mayor o menor contundencia, pero el poso que ha dejado la cumbre hispano-francesa en los agentes sociales de la comunidad aragonesa ha sido el mismo: desilusión e indignación. Los empresarios, los transportistas y los sindicatos consideran que los resultados para Aragón han sido "insuficientes" y la comunidad ha sido "maltratada".
Tras la cumbre, Francia y España mantienen el bloqueo al Canfranc y a la Travesía Central mientras apuestan por acelerar el AVE a Cataluña.
Respecto al primer proyecto solo se comprometieron a la elaboración de más estudios, lo que alargará todo dos años más. La Travesía Central, en cambio, retrocedió un año y volvió a acordarse lo mismo que en 2008: la creación de una agrupación europea "con la mayor brevedad posible". Los pasos aragoneses existentes, que se quedan incomunicados con frecuencia en invierno en la parte francesa, solo lograron "un compromiso de ambos países de mejorar las condiciones de circulación y seguridad".
Estos resultados indignaron especialmente a los transportistas. El presidente de la patronal Tradime, Jesús Arbiol, fue el que se expresó con mayor dureza. "Es desilusionante. No entiendo esta sinrazón y menos en estos momentos de crisis", denunció Arbiol. "Si el tren funcionara bien, se utilizaría más", recalcó. También se refirió a los pasos carreteros y lo hizo con datos.
Según sus cálculos, todos los días unos 200 camiones deben dar un rodeo de entre 200 y 300 kilómetros para salir de Aragón, lo que supone un gasto -solo en combustible- de unos 20.000 euros al día. "Los aragoneses no pintamos nada", criticó Arbiol, que opinó que la DGA no ha ejercido suficiente presión.
"Un aplazamiento definitivo"
Los empresarios también fueron contundentes. El presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), Aurelio López de Hita, dijo que Aragón ha sido "ignorado y maltratatado".
Destacó que el acuerdo sobre estos dos proyectos suena "a aplazamiento definitivo". López de Hita insistió en que son "necesarios" para abaratar costes, para tener un horizonte más despejado para los intercambios con Europa y para conseguir una salida rápida, y recordó que "uno de los pilares de la economía aragonesa, la logística, no se logrará sin una salida rápida por el Pirineo central". "Descansar los pasos en las comunidades de los extremos del Pirineo es un riesgo político", avisó.
El presidente de la CREA, Jesús Morte, lamentó que no se hayan abordado "temas trascendentales para Aragón". "No sé cuando va a llegar el momento de que el Gobierno español y francés vean la localización estratégica de la comunidad", dijo. Morte indicó que le parece bien el impulso de los pasos por Cataluña y el País Vasco pero pidió que "no se relegue la situación de Aragón y la necesidad real y vital de comunicarnos con Europa".
Los sindicatos se mostraron más diplomáticos. Julián Lóriz, de UGT, calificó los resultados de "insuficientes", aunque valoró positivamente que se siga hablando del Canfranc y la Travesía Central. Lóriz insistió en que "hay que mantener la confianza más allá de las cumbres y hay que reforzar la presión hacia el Gobierno francés". Precisamente, culpó al Ejecutivo galo de bloquear los proyectos: "Debe entender que no es solo un problema de España o Aragón, sino que refuerza Europa".
Rafael Casas, de CC. OO., también apostó por "seguir peleando por la permeabilidad del Pirineo" porque reiteró que la línea del Canfranc es "estratégica" y los datos así lo avalan. Exigió que se dejen de hacer estudios, "hace falta intervenir y comprometerse". En este sentido, pidió mayor implicación al Gobierno español porque "si no, el Ejecutivo francés no lo hará".