lunes, 8 de febrero de 2010

La crisis duplica el trabajo del SAMA y lo deja al borde de la extenuación El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón
08/02/2010

El servicio recibió 1.000 conflictos individuales más que en 2008 y los colectivos aumentaron un 40%.El organismo público ´trabajó´ casi el doble que en 2007 pero la plantilla solo ha sumado un empleado.

El Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) acaba de vivir su año más intenso desde que abrió sus puertas en 1998. La crisis ha disparado la presentación de conflictos obligando a los trabajadores del organismo a emplearse al máximo para tramitar todos y cada uno de los expedientes. En concreto, el SAMA recibió el año pasado 7.216 reclamaciones individuales (la mayoría por despidos), lo que representa un incremento del 55% respecto al 2007. Los conflictos colectivos, por su parte, crecieron en el 2009 cerca de un 40% hasta los 172 expedientes.

En definitiva, un fuerte aumento de la carga de trabajo, que, según varias fuentes, apenas se ha visto correspondido con una ampliación de la plantilla (el organismo solo se reforzó con una persona más). "Casi con los mismos efectivos han tramitado 1.000 expedientes más. Ya le hemos dicho varias veces al representante del Gobierno de Aragón en el SAMA que en época de crisis habría que dotar de más medios al servicio", lamenta el responsable de la asesoría laboral de Cepyme y miembro del comité paritario del SAMA, Antonio Hinojal.

En este mismo sentido se manifiesta el secretario de Política Sindical y Empleo de UGT Aragón y miembro del comité del SAMA, Raúl Machín: "Hay que reconocer la labor del servicio porque han trabajado a un ritmo frenético con la misma plantilla". No obstante, Hinojal reconoce que es "muy mala época" para abordar "excesos" presupuestarios.

Al parecer, el Ejecutivo autonómico ha aplicado aquí todo un ejemplo de contención del gasto. De hecho, y según informaron varias fuentes, los presupuestos del organismo se mantuvieron invariables durante el 2009 y seguirán así durante el 2010, un año en que tampoco se prevén nuevas contrataciones (el SAMA emplea a once trabajadores en las tres delegaciones aragonesas).

Por lo menos, todo parece indicar que este ejercicio no será "tan duro" como el pasado y ya a finales del 2009 se apreció una desaceleración del ritmo de trabajo. "En enero nos hemos movido en los mismos números que los de septiembre del 2008", indica la directora gerente del SAMA, Concepción Gil, que considera que el 2010 "será más tranquilo".

RECLAMACIÓN POR DESPIDO En este sentido, lo que más espera que baje son las reclamaciones por despido, que en el 2009 representaron el 73% de las 7.216 solicitudes individuales. Con todo, los conflictos colectivos son los que más trabajo generan, ya que afectan a varios empleados. Según indica Gil, de las 172 solicitudes presentadas el año pasado, un 51% se debieron a huelgas, lo que demuestra el alto grado de conflictividad que ha generado la crisis. "Si no llega a ser por el SAMA los juzgados se hubieran colapsado", subraya Hinojal.

El sector del metal fue en 2009 el que aglutinó al mayor número de trabajadores afectados por los conflictos presentados en el SAMA, con más de 60.000 empleados. Para los sindicatos, la alta concentración de contratos en la actividad y su fuerte atomización empresarial se esconden tras este liderazgo, aunque la inestabilidad que se ha vivido en torno a General Motors también ha ejercido una gran influencia. Otro de los sectores más conflictivos fue el agrícola, algo inusual hasta la fecha y que demuestra el mal momento que está viviendo el campo aragonés. Así, se presentaron 3.534 reclamaciones, un 2.122% más que en 2008. La construcción, por el contrario, aglutinó menos expedientes que en 2008.

Respecto a los motivos que causaron los conflictos individuales, Gil destaca que creció mucho el referente a la Extinción de la Relación Laboral. Es decir, al que apelan los trabajadores cuando su empresa no les abona su salario. Además, se incrementaron los trabajadores que acudieron al SAMA con un despido objetivo. Y es que la crisis ha golpeado con fuerza a las firmas aragonesas.

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