7/05/2012
Carmelo Pérez, vicesecretario general de Cepyme, insiste en
que la pyme debe perder el miedo al comercio electrónico.
El volumen de comercio electrónico ha aumentado alrededor
del 60 % en los últimos tres años en Aragón y las empresas deben
concienciarse de que la venta a través de Internet es "la apuesta de
futuro" y de que si no lo hacen ellas, lo harán otras.
Así lo ha destacado Carmelo Pérez, de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), con
motivo de la inauguración en Zaragoza del I Congreso de Comercio Electrónico
organizado por la Fundación para la Investigación y Desarrollo (Araid) para
analizar la evolución de las transacciones "on line".
Éstas, en el tercer trimestre de 2011, llegaron a una facturación en España de
2.420 millones de euros, un 27,4 % más respecto al mismo periodo de 2010.
Pérez ha apuntado que la penetración de las nuevas tecnologías en las pymes es
alta, del 98 %, pero sólo el 26 % comercian a través de Internet y de éstas, el
80 % de lo que compran son alojamientos para los viajes.
Ha insistido en que "queda mucho recorrido" y en que la pyme tiene
que perder el miedo al comercio electrónico y desterrar la idea de que es algo
complicado y de la gran empresa porque se puede vender todo tipo de productos a
través de Internet.
Pérez ha subrayado que las pymes deben abrir "esa puerta" porque una
de las herramientas principales para la competitividad va a ser la
incorporación de las nuevas tecnologías y ante la caída del consumo interno,
deben aguzar el ingenio y pensar cómo pueden motivar a los clientes para
incrementar las ventas.
Ha recalcado, por tanto, que todos los sectores de la pyme tienen
"recorrido" y lo que necesitan es tener "voluntad", perder
el miedo y contar con asesoramiento, porque el comercio electrónico no es un
fin en sí mismo sino la consecuencia de la incorporación de las nuevas
tecnologías en las pequeñas y medianas empresas.
Ha apuntado, además, que la penetración de las nuevas tecnologías en la pyme
significa que hay magníficos vendedores de las operadoras que les "colocan
el producto" y lo que tienen que pensar es que el comercio electrónico es
sencillo y que las ventajas a ganar son mucho mayores que las pérdidas por la
apertura del abanico de clientes potenciales y la minoración de gastos en la
gestión.
Por su parte, Ramón Añaños, consultor del equipo del servicio de tecnologías de
la información de las Cámaras de Aragón, ha destacado que la Comunidad, desde
hace 15 años, ha respondido "relativamente bien" al reto del comercio
electrónico, con algunas implantaciones pioneras que han secundado muchas
empresas, pero el reto es la "profesionalización" y crear una
propuesta "impactante" para el usuario.
"Ese es el reto al que se enfrentan a partir de ahora las tiendas en
Internet una vez que sabemos que el comercio electrónico ha cuajado
definitivamente", ha apuntado Añaños, quien ha reconocido que la
competencia es "atroz" y que lo fundamental es hacer una marca, y eso
tiene que ver con el marketing y con lo atractivo, diferencial y relevante de
la oferta.
En ese sentido, ha explicado que no existen modelos definitivos, que ha habido
unión de tiendas para vender por Internet que han sido "rotundos
fracasos" porque que no han sabido crear una marca conjunta atractiva y
otras que son bastante interesantes, y a la vez hay tiendas que de forma
individual no tienen capacidad de crear una marca potente y la unión de varios
comercios puede aportar sinergias operativas a tener en cuenta.
Ha indicado, respecto al volumen de negocio de las empresas aragonesas a través
de Internet, que no se conoce con exactitud porque las iniciativas son
"dispersas", aunque sí se sabe que la evolución en envíos, pedidos y
ventas en el último año han crecido del 20 y al 30 %.
Ha explicado que el sector más activo tradicionalmente ha sido el del turismo,
pero ahora, con la madurez, el abanico se ha abierto mucho y la última
tendencia de introducción con éxito ha sido la moda (ropa, calzado,
complementos), con propuestas que están "seduciendo mucho" a los
consumidores.
Además, ha apuntado que los españoles hace tiempo que perdieron el miedo a
comprar a través de Internet y ahora no preocupa la seguridad o los medios de
pago, sino encontrar ofertas atractivas en el precio y en la navegación, aunque
sí pueda existir una brecha de "mentalidad" entre el medio rural y el
urbano.
Ha comentado que el atractivo de comprar por Internet entre los usuarios del
medio urbano y el rural puede ser distinto por la diferencia que pueda haber en
los plazos de entrega por cuestiones logísticas, aunque en los pueblos la
oferta de productos es menor y es una alternativa al desplazamiento a una
cuidad.
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