15/02/2009
Aunque ahora lo quiera matizar y limar, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha defendido el abaratamiento del despido --indemnización de 20 días por año trabajado en los nuevos contratos--, más o menos con la misma entonación que lo hizo esta semana en Zaragoza el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. No es cuestión de crear otro problema a falta de solucionar el que ya tenemos, pero desde la óptica del empresario atenazado por la crisis y, en muchos casos, también por las deudas, la propuesta podría tener cierto fundamento. Pero hay que congratularse de la sensatez que han demostrado los dirigentes de la patronal en Aragón. Tanto Jesús Morte, presidente de la CREA, como Aurelio López de Hita, de Cepyme Aragón, han dicho de entrada que no es el momento adecuado, que ahora es más importante reducir la morosidad y elevar la productividad. Por ahí deben de ir las políticas y el hecho de que ambos empresarios, con presencia en la patronal nacional, tengan esta opinión, da confianza. Demuestra su temple y da pie a seguir impulsando nuevos acuerdos con la DGA y con los sindicatos para que el presente año se pueda pasar sin muchos más sobresaltos y se puedan sentar las bases de una recuperación de cara al 2010 y más. Es indudable que el debate está abierto y la armonía del gobernador con la CEOE tampoco debe alarmar. Primero porque hay muchos empresarios que mantienen las tesis de los aragoneses y porque el Gobierno de Zapatero también rechaza el abaratamiento del despido. Además, Mafo (aunque no le gusta que le llaman así) siempre ha opinado lo mismo, incluso antes de estar en el Banco de España. Otra cosa es la oportunidad de sacar a colación el asunto que no solucionaría nada, y si la autoridad financiera debe meterse en estos barros. A Trichet, por ejemplo, no le gusta que le recomienden cuándo y cuánto bajar el precio del dinero.
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