8/03/2012
Patronal, sindicatos y DGA firman el nuevo pacto económico para los próximos 4 años. Los agentes dudan de sus efectos, aunque destacan que generará confianza.
Ayer fue "un día importante" para Aragón. Lo dijo el consejero de Economía y Empleo del Ejecutivo autonómico, Francisco Bono, nada más firmarse el Acuerdo Social para la Competitividad y el Empleo en Aragón (ACE) 2012-2015 y lo corroboraron poco después los representantes de los sindicatos (UGT y CCOO) y la patronal (CREA y Cepyme). Tal y como reconocieron, el nuevo pacto (conocido en los últimos años como AESPA) no reactivará por sí solo la economía pero, al menos, afianza el diálogo social en la comunidad en un claro escenario de conflictividad (los sindicatos vuelven a movilizarse este domingo contra la reforma laboral y ya se habla de huelga general).
"Que en los tiempos que corren el diálogo social se concrete en la firma de un acuerdo es importante", subrayó el líder de CCOO Aragón, Julián Buey. De hecho, todos los firmantes destacaron que el nuevo pacto demuestra que el consenso es posible en época de crisis. "Esperemos que el resto del país también se ponga de acuerdo", puntualizó Bono.
Eso sí, los agentes sociales reconocieron que no ha sido un camino de rosas, ya que todas las partes han tenido que renunciar a algo en las numerosas reuniones que se han celebrado en los últimos meses. "Hemos ido dejando algunas propuestas, pero este es el mejor acuerdo posible", señaló Buey.
El nuevo ACE era un texto esperado por muchas razones, pero, sobre todo, porque servirá para trasladar una imagen de unidad y un mensaje de confianza a la sociedad aragonesa, algo que sabía muy bien el consejero. "Simplemente la firma del acuerdo ya es importante en sí misma", aseveró Bono.
IMPACTO LIMITADO Más allá de su marcado carácter simbólico, el nuevo acuerdo nace con el objetivo de "dinamizar la competitividad y facilitar la creación de empleo", a pesar de que todos los firmantes reconocieron que sus efectos no se dejarán notar en el corto plazo. "No podemos pretender que resuelva todos los problemas; esto no es el bálsamo de Fierabrás", apuntó el líder de UGT Aragón, Julián Lóriz. En esta misma línea se manifestó Bono, quien aseguró que lo importante es "sentar las bases para cuando empiece a generarse empleo".
En este sentido, Buey subrayó que el acuerdo persigue "cuestiones más modestas", como mejorar la formación a los parados o buscar la eficiencia del Inaem para "acercar oferta y demanda". De hecho, estas serán algunas de las 64 medidas incluidas en el ACE, que se articulará sobre tres ejes fundamentales: la reactivación económica y la competitividad, el empleo y la cualificación, y la participación institucional.
Entre otras acciones, el nuevo acuerdo se centrará en la internacionalización de las empresas aragonesas, en la creación de una red de business angels para financiar a emprendedores, en el desarrollo de una estrategia de innovación para las pymes o en la lucha contra el absentismo laboral. Asimismo, el ACE intentará eliminar las trabas burocráticas a la hora de montar un negocio, ayudará a las empresas a realizar sus acciones formativas, priorizará el empleo juvenil y adecuará la FP a las necesidades de los parados y de la economía.
Unas acciones que, como señaló el presidente de CREA, Jesús Morte, han puesto el foco en las empresas, ya que, en definitiva, "son las que pueden crear empleo". No obstante, el presidente de Cepyme, Aurelio López de Hita, quiso puntualizar que la reactivación del tejido empresarial solo será posible si la banca abre el grifo del crédito.
El acto estuvo presidido por Luisa Fernanda Rudi, quien confió en que el nuevo acuerdo "pueda adaptarse a la actual situación económica". Precisamente, algo de lo que adolecía el anterior Aespa, que había sido diseñado en época de bonanza.
Ayer fue "un día importante" para Aragón. Lo dijo el consejero de Economía y Empleo del Ejecutivo autonómico, Francisco Bono, nada más firmarse el Acuerdo Social para la Competitividad y el Empleo en Aragón (ACE) 2012-2015 y lo corroboraron poco después los representantes de los sindicatos (UGT y CCOO) y la patronal (CREA y Cepyme). Tal y como reconocieron, el nuevo pacto (conocido en los últimos años como AESPA) no reactivará por sí solo la economía pero, al menos, afianza el diálogo social en la comunidad en un claro escenario de conflictividad (los sindicatos vuelven a movilizarse este domingo contra la reforma laboral y ya se habla de huelga general).
"Que en los tiempos que corren el diálogo social se concrete en la firma de un acuerdo es importante", subrayó el líder de CCOO Aragón, Julián Buey. De hecho, todos los firmantes destacaron que el nuevo pacto demuestra que el consenso es posible en época de crisis. "Esperemos que el resto del país también se ponga de acuerdo", puntualizó Bono.
Eso sí, los agentes sociales reconocieron que no ha sido un camino de rosas, ya que todas las partes han tenido que renunciar a algo en las numerosas reuniones que se han celebrado en los últimos meses. "Hemos ido dejando algunas propuestas, pero este es el mejor acuerdo posible", señaló Buey.
El nuevo ACE era un texto esperado por muchas razones, pero, sobre todo, porque servirá para trasladar una imagen de unidad y un mensaje de confianza a la sociedad aragonesa, algo que sabía muy bien el consejero. "Simplemente la firma del acuerdo ya es importante en sí misma", aseveró Bono.
IMPACTO LIMITADO Más allá de su marcado carácter simbólico, el nuevo acuerdo nace con el objetivo de "dinamizar la competitividad y facilitar la creación de empleo", a pesar de que todos los firmantes reconocieron que sus efectos no se dejarán notar en el corto plazo. "No podemos pretender que resuelva todos los problemas; esto no es el bálsamo de Fierabrás", apuntó el líder de UGT Aragón, Julián Lóriz. En esta misma línea se manifestó Bono, quien aseguró que lo importante es "sentar las bases para cuando empiece a generarse empleo".
En este sentido, Buey subrayó que el acuerdo persigue "cuestiones más modestas", como mejorar la formación a los parados o buscar la eficiencia del Inaem para "acercar oferta y demanda". De hecho, estas serán algunas de las 64 medidas incluidas en el ACE, que se articulará sobre tres ejes fundamentales: la reactivación económica y la competitividad, el empleo y la cualificación, y la participación institucional.
Entre otras acciones, el nuevo acuerdo se centrará en la internacionalización de las empresas aragonesas, en la creación de una red de business angels para financiar a emprendedores, en el desarrollo de una estrategia de innovación para las pymes o en la lucha contra el absentismo laboral. Asimismo, el ACE intentará eliminar las trabas burocráticas a la hora de montar un negocio, ayudará a las empresas a realizar sus acciones formativas, priorizará el empleo juvenil y adecuará la FP a las necesidades de los parados y de la economía.
Unas acciones que, como señaló el presidente de CREA, Jesús Morte, han puesto el foco en las empresas, ya que, en definitiva, "son las que pueden crear empleo". No obstante, el presidente de Cepyme, Aurelio López de Hita, quiso puntualizar que la reactivación del tejido empresarial solo será posible si la banca abre el grifo del crédito.
El acto estuvo presidido por Luisa Fernanda Rudi, quien confió en que el nuevo acuerdo "pueda adaptarse a la actual situación económica". Precisamente, algo de lo que adolecía el anterior Aespa, que había sido diseñado en época de bonanza.
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